Publicaciones 2014

LOS COLORES DEL ATARDECER

PAULA ANDREA IBATA QUIROGA
GRADO 6C
Sede CRISTOBAL COLON



Un día en un pueblo lejano nació una bella niña, era la felicidad de su familia. Ella vivía con sus abuelos, primos, tíos, tías, el papa y la mamá. Fue creciendo y nacieron más niños los cuales eran sus primos; ellos y  la niña llamada Sofía la pasaban muy bien juntos. Todas las mañanas se iban a montar bicicleta Sofía era la más rápida haciendo carreras; un día Sofía despertó asustada y con miedo, pues se había soñado con muchos colores, pero no sabía que significaban. Le contó a su abuela: - ¡abuela, abuela  algo muy extraño  he soñado!- Su abuela le  respondió: -que soñaste sofí? - y ella le contó...después la abuela se  preocupó y le dijo que algo iba a pasar pero no sabía si era malo o bueno.



Al día siguiente, sus primos se levantaron muy temprano a montar bicicleta, pero Sofía no quería, porque  tenía miedo de lo que había soñado; sus primos  le decían: -sofí  vamos porfa- . Ante la insistencia de ellos  se puso de pié y se alistó para ir.  Cuando llegaron a la montaña, vieron muchos colores hermosos  que se parecían  a los del arco iris.   Su prima Sara le dijo: -Sofí, hagamos una carrera, -si vamos- .Cuando iban a empezar Sofía  sin darse cuenta cayó  en los colores, al instante se formó una luz muy radiante que iluminó  todo el paisaje incluyendo  las personas que estaban por ahí; pasaron unos minutos y la luz se  apagó. La otra prima de Sofía, Ángela  dijo: ¡la encontré, está  encima de los colores! Y todos se acercaron a mirar.  Ella  gritaba -¡ayuda, ayuda, los colores  me están  absorbiendo! -pero nadie la podía ayudar. Cuando menos lo  esperaron ella se había convertido en colores, y desde ese día toda su familia se reunía  para verla en el hermoso atardecer.




LA ABUELA VIENE DE NOCHE


LISA ORDOÑEZ        
NATALIA RAMIREZ
ASTRID RODRIGUEZ    

JUAN DIEGO ESTRADA
STEFANIA GARCÍA  

      
GRADO 9A
Sede Gran Colombia



Mi abuela se llamaba Rosa, ella era como mi madre, desde mis cinco años ella había estado conmigo, acompañándome y apoyándome en todo lo que quería. A mis quince años a mi abuela la diagnosticaron con cáncer de seno.
Ella se puso muy triste y yo también porque ella estuvo siempre presente en todos los momentos felices, y siempre estuvo pendiente de la familia, ella siempre nos llevaba a pasear y nos compraba cosas.

La noticia que nos dio nuestra madre fue muy dura, al entender que nuestra abuelita se iba a morir y al no poder hacer nada, toda la familia se puso muy triste.

Como a la abuela se le acababa la vida, quisimos pasar mucho más tiempo con ella, antes de que fuera demasiado tarde, todos empezamos a decirle cuanto la queríamos.
Un día la abuela se fue a una consulta rutinaria y la vieron muy grave y le tocó quedarse hospitalizada, con los días ella sufría con las quimioterapias.

No pasaron muchos días más para que llegara la mala noticia a nuestra familia. Un sábado en la noche sonó el teléfono, avisando que mi abuela había fallecido. Al día siguiente le dimos cristiana sepultura.
Al pasar un año, todas las noches yo sentía que mi abuela llegaba a mi cama, me acariciaba, me daba un beso en la frente y se iba; y así sucedió durante cinco años, la verdad no me daba miedo, pues me sentía segura con ella, ya estaba acostumbrada a que me diera las buenas noches. Me dolió mucho cuando una noche no volvió a despedirse de mí.



EL HOMBRE DE LA CAPA NEGRA

Juan Esteban Quintero
David Alejandro Mejía
William Caro
Grado 9B
Sede Gran Colombia


A los comienzos del siglo XVII alrededor del mundo se había visto un hombre con una capa negra que supuestamente había sido acorralado por un grupo de soldados, pero cuando se acercaron a él, se envolvió en su capa y desapareció. Ellos pusieron precio a su cabeza y al año ya se había robado ocho coronas de varios reyes de todo el mundo.
Los soldados fueron al único reino que no había perdido su corona, hicieron guardia a esta pero no funcionó, porque el hombre de la capa negra asesinó a uno de los soldados, se puso su uniforme, entró donde se hallaba la corona y mató a los dos guardias que la custodiaban.


Salió del reino donde había hurtado el precioso objeto, se montó a un caballo y comenzó a galopar y a subir una montaña, cuando llegó al monasterio, donde le habían enseñado sus habilidades. Entregó la corona a cambio de recibir su última enseñanza, pero ellos no sabían que él era el hombre de la capa negra, y que las demás coronas se las había llevado a un brujo para que lo volviera más poderoso. El brujo le enseñó todas las técnicas que conocía, después de esto el hombre de la capa negra volvió al reino a pedir lo que le pertenecía.
Lo que nadie sabía era que bajo el reino había un gran tesoro, pero para llegar a él tenía que bajar a un sótano y excavar. Al tener todo planeado, se envolvió en su capa y llegó al sótano, debajo de este había una capa de protección anti magia, así que empezó a excavar y al llegar tuvo que enfrentar toda clase de peligros desconocidos en el mundo, falleciendo en el intento, antes de morir lanzó un hechizo, que solo una persona con sus mismas habilidades podría destruirlo y recibir mucho más poder del que él tenía.


LA NOCHE DE LAS BRUJAS

Neira Liceth Llanos Diaz
Grado 9 A



Es una noche donde un grupo de niñas se reúnen a hacer su pijamada en medio del bosque, una de ellas propone seguirlo haciendo dos noches seguidas en noche buena. Eran siete niñas a las que les gustaba jugar con cosas que uno no debería hacer.


Ya tres años después consiguen salir del bachillerato, terminan la universidad y se gradúan. Las siete jóvenes quisieron reencontrarse allí de nuevo, siendo la primera noche de los santos, llegaron y acamparon allí en el bosque. Dos eran más amigas que las demás, una de ellas practicaba magia negra sin saber cómo hacerlo en verdad.

Esa noche, siendo las tres de la madrugada, esta chica fue poseída, el resto de sus amigas tuvo miedo de volver allí.
Ya adultas, la mejor amiga de aquella niña tuvo dos hijos. Cuando crecieron les dijo lo que pasó en aquella noche buena, cuando ella y sus amigas eran niñas. Los niños malinterpretaron y pensaron que tal vez era la noche de las brujas, y los hijos de aquellos niños igualmente la llamaban la noche de las brujas.
Y desde entonces, son miles las personas que lo han dicho: un grupo de niñas acampando bajo la noche buena, que la habían convertido como la noche de las brujas, o más bien, una bruja.


LA ISLA DE LOS HUESOS

Daniel Diaz        
Nelson Arredondo
Miguel Angel Largo
Dayana Graciano
Martha Valoy
Kevin Ruiz 
Grado 9A
sede Gran Colombia



Pedro Cardona es un vikingo que navega sobre los siete mares intentando descubrir nuevos tesoros encontrados bajo el mar y por sus alrededores, a menudo él y su tripulación compuesta por treinta hombres se encuentran con grandes cuestiones de los mares como tormentas, remolinos, monstruos del mar espeluznantes. La peor de las dificultades es encontrarse con otros vikingos en su camino ya que no se sabe si al pasar enseguida de su barco lancen un cañón. Todos los vikingos buscan ser los más rudos e invencibles de todo el mar, es por eso que Pedro se hace llamar Pedro el rudo.
Una tarde después de estar visitando todos los lugares conquistados, escucharon la conversación de vikingos vecinos, quienes decían que había una isla llamada la isla de los huesos, en esa isla había demasiados tesoros, era muy peligrosa y estaba custodiada por esqueletos, y aquel que pudiera conquistar dicha isla, sería el más rudo de los siete mares. Después Pedro Cardona fue a su barco a decirle a toda su tripulación que quería conquistar la isla de los huesos, él y su tripulación organizaron el viaje, todos querían pelear para ser los más rudos.
Al día siguiente se levantaron muy temprano para emprender su viaje y comenzaron a guiarse según su mapa. En el mapa se podía divisar una X que simbolizaba un tesoro, esa X estaba conformada por dos huesos y una calavera. 

Comenzaron su viaje utilizando la brújula, tardaron un mes para llegar a la isla y se encontraban en el camino con monstruos gigantes, hasta que llegaron, a un lindo jardín, allí encontraron un nuevo mapa para ir a la isla de los huesos, a Pedro se le hacía extraño que no hubiera llegado aún a la isla, se fijó en su mapa y notó algo muy raro, el mapa estaba al revés y estaba en dirección contraria, así que se fue muy rápido hasta llegar a la isla y se encontraron con otros vikingos que también querían el mapa, entonces empezaron a luchar, y finalmente Pedro les mandó un cañonazo y los hizo caer al mar derrotándolos por el momento y aprovecharon para huir. 

Cuando empezaron a guiarse según su mapa extraordinario, veían que el mar y las gaviotas los guiaban a su destino, ¿Sería que la isla guardaba un grande secreto?, en tal caso Pedro el rudo debía averiguarlo, pero al mirar atrás vio que a muchos metros venían dos barcos de vikingos intentando impedir que llegaran a la isla.

Con el mar furioso, y perseguidos por los dos barcos, Pedro y sus hombres se veían muy agobiados, los barcos los habían rodeado y estaban listos para lanzarles un cañón, cuando se abrió el mar formando una puerta que en segundos los condujo a la isla de los huesos.
 Al llegar a la isla vieron  esqueletos encadenados - estaban muertos en vida - de inmediato Pedro y sus hombres desataron los casi cien esqueletos, al soltarlos todos los cadáveres se unieron en gratitud hacia Pedro y su tripulación, unieron sus manos y causaron que el mar se tragara a los barcos rivales que ya venían con mas aliados para derrotar a Pedro, pero al tragárselos el mar y unidos con los cadáveres, demostraron que Pedro era su rey y el más rudo vikingo. Desde allí Pedro gobernó sobre los siete mares.


NEGRO POR FUERA, BLANCO POR DENTRO

Negro por fuera y blanco por dentro

Estefanía Escobar
Anny Melisa Oliveros
Ginna Paola Caceres 
Kevin Andres Salazar
Grado 9B
Sede Gran Colombia


Un día maravilloso pasó un negro alto de ojos azules y por su forma de vestir se notaba que le gustaba mucho el blanco. Aquel hombre negro era muy religioso y procuraba mantener su alma blanca y pura y hacer entender a la gente que ser negro no lo hace diferente a los demás. 
Una noche salió a buscar su propia tranquilidad, a pesar que en el pueblo donde vivía lo criticaban por su color y su forma de ser.

El decía que la mejor manera de encontrar su tranquilidad y su pureza era cerca de la naturaleza, él quería tener su alma pura y pensaba que el mejor color para representarla era el blanco, y a pesar de sus dificultades y aspecto no se dejó ofender por lo que decían los demás.

El quería demostrar a la gente de su pueblo que el hecho de ser negro no significaba nada, porque todos somos seres humanos y tenemos los mismos derechos. Pasó un tiempo y el negro hizo una campaña sobre la discriminación, el tenía una autoestima muy baja porque todos lo miraban feo, sabiendo que aunque su piel era negra, tenía un alma muy pura y blanca.

El negro empezó su campaña sobre discriminación, pues tenía la ayuda del alcalde, comenzó a dar charlas por cada rincón del pueblo, explicándole a la gente que ser negro no lo hace diferente a los demás, todos se concientizaron y aplaudían sus charlas, él se estaba volviendo famoso por las cosas buenas que estaba haciendo. Desde entonces, el negro que nadie quería se volvió una persona muy admirada, y se convirtió en protector y defensor de la raza negra.


EL CIELO, LAS ESTRELLAS Y YO


SANDRA LONDOÑO
CICLO 6B
Sede Cristóbal Colón


Todo comenzó bajo un cielo lleno de estrellas, aquella noche en el campo abierto.
Solo el cielo, las estrellas y yo, sintiendo que no pertenecía a este mundo. Mis ojos cansados se cerraron lentamente y fue ahí cuando la vi por primera vez; ella, hermosa, danzaba al ritmo que el viento acariciaba las hojas. Aun no sé si era su radiante cabello, o el sol que iluminaba todo a Mí  alrededor.
Se acercó lentamente, mi corazón  agitado, mi cuerpo tembloroso y mis ojos que no podían parar de mirarla.

 ¡Ha! y aquel deseo profundo de que siguiera acercándose.
Y así fue. Tomo mi mano y yo sin más abandoné mi silla y dancé con ella, la tome entre mis brazos,  la miré a los ojos de tal manera que nuestras almas se fundieron en ese momento, sintiendo que éramos uno solo. Y fue en ese momento que supe que había conocido el amor.

De repente las aves cantaron y al hacerse su canto más fuerte nuestra lejanía se hacía más grande, hasta perder a mi amada de vista.
Desde el instante en que abrí los ojos  y me vi solo, sentado en mi silla de ruedas, solo deseo profundizarme en un sueño eterno y así no desprenderme jamás de mi amada.

FIN






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